Usamos ascensores a diario sin pensar mucho en ellos. Presionamos un botón, las puertas se cierran y el viaje se siente suave. Pero ¿qué hace que la cabina se detenga justo en tu piso y se mantenga estable? Y si se corta la luz repentinamente, ¿qué la mantiene firme en su lugar? La respuesta es simple: el freno del ascensor.
¿Qué es un freno de ascensor?
Los frenos de ascensor, a menudo llamados "frenos de contracción interna", son uno de los componentes de seguridad más importantes. Se pueden comparar con el freno de estacionamiento de un coche, solo que mucho más precisos y potentes. Durante un viaje normal, no complican las cosas, pero cuando hay un corte de energía o un problema del sistema, intervienen. El freno utiliza fuerza mecánica para detener la cabina y sujetarla firmemente sobre los raíles, manteniendo seguros tanto a los pasajeros como al equipo. En muchos sentidos, es la última y más fiable línea de defensa en la seguridad de un ascensor.
¿Cómo funciona un freno de ascensor?
Cómo funcionan los frenos del ascensor
Los frenos de ascensor funcionan principalmente con electroimanes. Cuando el ascensor funciona con normalidad, el electroimán se activa y mantiene el freno liberado para que la cabina pueda moverse. Si algo falla, como un corte de energía o un error del sistema, se corta la alimentación del electroimán. Los resortes accionan el freno, deteniendo la cabina y manteniéndola firmemente en su lugar.
El proceso es sencillo:
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Se pierde potencia → el electroimán se suelta.
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Los resortes empujan las pastillas de freno sobre el tambor o disco.
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El freno se acciona y detiene el movimiento del ascensor.
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Los sensores y el sistema de control confirman la parada.
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El freno permanece bloqueado hasta que el sistema pueda funcionar de nuevo de forma segura.